Integrantes del Instituto de Geología se suman a autoridades de protección civil de EDOMEX
San Luis Acayucan, Jilotzingo – En respuesta al desastre ocasionado por un flujo de detritos en San Luis Acayucan el pasado sábado 14 de septiembre, se ha llevado a cabo una movilización por parte de autoridades estatales y municipales del Estado de México. En este contexto, el Instituto de Geología de la UNAM se ha sumado a esta acción con un equipo de especialistas para evaluar y estabilizar las laderas y estructuras colapsadas en la zona afectada. Este grupo está conformado por la Maestra en Ciencias Wendy Morales, Nabor Estrada y es liderado por el Dr. Rafael Antonio López Martínez.
Las labores del equipo no solo se centran en la evaluación de daños, sino también en la estabilización de áreas que presentan riesgo, con lo anterior se busca cuidad la integridad de los rescatistas y de la población afectada. Este equipo cuenta con una amplia experiencia en la evaluación de desastres naturales y posee certificaciones tanto nacionales como internacionales que respaldan su capacidad para actuar en situaciones críticas.
Labores en el sitio
Asimismo, el IGL comparte algunas señales importantes que deben ser tomadas en cuenta por las personas que viven cerca de zonas propensas a deslizamientos:
1. Aparición de manantiales o filtraciones en la base de la ladera o del cerro.
2. Terrenos que comúnmente son secos comienzan a estar húmedos.
3. Formación de grietas.
4. Abultamientos en el terreno, pavimentos, caminos o aceras.
5. Separación de marquesinas y juntas de la estructura principal.
6. Inclinación y/o agrietamiento de pisos.
7. Ruptura de tubos de agua y drenaje.
8. Inclinación de postes telefónicos y/o eléctricos, árboles y bardas.
9. Aflojamiento o desalineación de cercas.
10. Hundimiento súbito de caminos.
11. Crujidos provenientes de casas, edificios, árboles o rocas (por ejemplo, raíces que se rompen).
12. Aumento rápido del nivel del agua en ríos o arroyos, acompañado por incrementos en la turbidez del agua.
La intervención oportuna y el monitoreo constante son esenciales para mitigar los riesgos asociados a este tipo de desastres y garantizar la seguridad de la comunidad afectada.