|
|
El travertino
es una roca carbonatada, precipitada alrededor de manantiales
con sobreconcentración de carbonato de calcio, con frecuencia termales;
es por lo normal blancuzco, amarillento o beige, y poroso o cavernoso, cuando
contiene restos de plantas. También se le llama ‘piedra corcho’ o
‘mármol’, lo que no es. El travertino es frecuente en México,
y se usa para fabricación de cemento o para recubrir fachadas y pisos.
Cada yacimiento de travertino tiene un área local, y los restos de
plantas que contiene, representan muestras de la flora local viva al depositarse
el yacimiento. Aunque mucha gente ha visto tales hojas, no fueron estudiadas
en México aunque, potencialmente, son un acervo rico para la paleobotánica
del Pleistoceno. Aún más importantes serían si se lograse
determinar su edad con bajo costo.
Hay dos excepciones: A principios de los años setenta del siglo pasado,
Weber realizó muestreos en minas de travertino del noroccidente de
la Ciudad de Puebla. En particular, se encontró travertino de ciperáceas
o ‘juncos’ y del alga Chara; y que representa un relleno de estanque.
Posteriormente, Socorro Lozano−García describió en su tesis de
licenciatura hojas de un yacimiento en Apotla, Morelos. El travertino de esta localidad
se precipitó en el borde de un acantilado, casi un precipicio, estrechando
el valle de un arroyo. Junto al arroyo se observa precipitación en
la actualidad, y en algunos puntos el travertino tiene rasgos en común
con los estromatolitos. El yacimiento principal se formó en una época
en que el caudal del manantial era mayor. Los restos de plantas, sobre todo
hojas de dicotiledóneas, están fosilizadas como moldes, que
conservan la tridimensionalidad de las hojas aunque estas mismas ya no están
presentes. Las plantas identificadas existen en la actualidad a altitudes
mayores. Los fósiles de Apotla representan una fase de clima más
frío en comparación con el actual. No se ha podido determinar
la antigüedad de estos restos vegetales.
|
|